La mayoría de las personas nota mejoras significativas desde la primera sesión. Sin embargo, dependiendo del estado de la piel y los objetivos, pueden requerirse entre 2 y 4 sesiones para lograr resultados más profundos y duraderos.

Puede generar una sensación de calor o leve ardor durante la aplicación, pero se utiliza anestesia tópica para mayor confort. Tras la sesión, es normal presentar enrojecimiento y descamación temporal que forma parte del proceso de regeneración.

Es fundamental seguir una rutina de cuidado posprocedimiento: evitar exposición solar directa, usar protector solar alto, mantener la piel hidratada y seguir las recomendaciones profesionales para favorecer la cicatrización y resultados óptimos.